“Pensé que me iba a morir ahí”, así comienza a narrar Julia Benoit, quien vivió uno de los momentos más crudos de su vida, el pasado nueve de septiembre, luego de que unos empleados del Aeropuerto Internacional de Punta Cana utilizaran su identidad con el objetivo de traficar con dos maletas de cocaína.
Al ser entrevistada en el programa Nuria Investigación Periodística, la señora contó la travesía que ha tenido que recorrer luego de verse envuelta en esta cruda experiencia.
La vida la ha tratado fuerte en cuanto a temas de salud en los últimos años, así lo evidencian los documentos que enseñó: hipertensión arterial, diabetes tipo dos, enfermedad en la toroide y el último diagnóstico de esta terrible enfermedad, que fue lo que motivó que quisiera regresar a Bélgica.
“Tengo dos nódulos. Número dos y número cuatro de este lado. Ha empeorado porque el estrés de esa situación. Yo he votado la piel de la cara”, dijo Julia.
Luego de despedirse de su familia, en el aeropuerto, Julia procedió a pasar por el proceso de todo viajero.
“Cuando subí la maleta, o sea, el bultito negro mío que yo llevaba. El joven me dice – No, está bien. Usted no tiene nada extra -“, contó.
Continuó: “Y cuando él estaba poniendo los tickets. Y cuando el joven estaba poniéndoles los los tigres, o sea, los diques al bulto y la maletita, fue que vino esa persona con un chaleco y fue al caunter donde él tenía como la computadora, el sistema abierto, porque todavía mi pasaporte estaba allá arriba”.
Julia nos cuenta que esta era la segunda vez que viajaba por el de Punta Cana, pero jamás pudo haber imaginado mientras le escribía a su hijo para decirle que casi estaba volando, que el único viaje que le esperaba desde este aeropuerto, era hacia un cuartel de Higüey.
“Cuando oigo por la bocina Julia Benoit, yo pienso que es la línea que me está llamando para abordar. Y de momento veo de 4 a 5 policías. Acompáñeme. Tenemos que chequear su bulto. Yo me fui con ellos. Pero en mi mente yo voy pensando. llevo un dulce de coco para mi hijo que le encanta y una pasta de dulce leche y un salami pequeño. Esas tres cosas a él le encantan”, indicó.
Pero esa no es la razón por la que fue llevada al denominado cuartico, pues esta vez, la esperaban dos maletas rojas, que ella nunca había visto y la presencia de una fiscal.
“Me dicen, necesitamos que usted abra su maleta. Yo tengo un bulto negro y una maletita de mano azul. Pero esa maleta tiene su nombre. Yo le dije: Podrás tener mi nombre, pero no es mía”, narró en el programa Nuria investigación Periodística.
Negó que esas maletas fueran de su propiedad y argumentó que conocía cada detalle de lo que había en sus dos maletas que sí les pertenecían.
Luego, abrieron las maletas. La primera que abrieron fue su y todo lo que dijo que estaba ahí fue comprobado. Después comenzaron a abrir las otras maletas. La roja.
“¿Y qué tenían las maletas?”, preguntó Nuria Piera.
“La maleta tenía madera. Tenían toallas y muchos cuadros y todo eso que yo nunca en mi vida había visto esto. En realidad, yo no sé si de verdad era eso o no era eso, porque estaban en plástico. Yo no le puedo decir”, exteriorizó durante la entrevista.
Según la descripción policial de los hechos
Siendo la 01:59 p.m. del 9 de septiembre, resultó arrestada de manera flagrante la señora Julia Benoit de la Cruz, por miembros de la DNCD, en el Aeropuerto Internacional de Punta Cana, por el hecho de que en la rampa de la Terminal Alpha, se ocuparon dos maletas, la primera de color rojo con rayas negras y la segunda de color rojo con rayas blancas, ambas maletas a nombre de la señora que pretendía viajar en vuelo de Tui, No. TB-165, con destino a Bruselas, dichas maletas fueron llevadas al área de Rayos X, observándose una imagen extraña, por lo que procedió a llevarlas al área de chequeo, al ser requisada en presencia de la señora Julia Benoit y del ministerio público, entre ambas maletas encontraron un 58.8 kilogramos de cocaína.
Lo que vivió aquel día
“Yo me sentí morir y pensé de todo. Porque yo digo Señor, tú sabes que yo no, no conozco esto, no ando con esto. Y si mi familia no acude, yo no sé qué será de mí. De verdad me entró un pánico tremendo y ahí yo sentí que la presión y el azúcar se me subieron porque yo sentía mareo y no era del hambre, era de eso. Era de eso, porque yo no sabía qué iba a pasar conmigo”, fue lo que pensó en aquel momento.
Pero lo peor vino después. “Eso era pura burla. Hubo un militar que me sacó, me empujó y me mandó a un pasillo y ahí yo estuve tirado en una silla, sin comer, sin nada. Desde las diez, casi 20 hasta las dos y pico de la madrugada que vinieron los policías de allá de Higüey. Y cuando ellos llegaron brutalmente me pusieron la esposa. Y ahí eso me impresionó más. volví en llanto y me mandaban callar y me empujaban y me decían narcotraficante. Lo que tú llevaba pesaba más que esa esposa”, sostuvo.
Benoit continuó narrando: “Comenzaron a burlarse de mí, a decirme, señora, que usted iba a ser con tanta droga. ¿Qué iba a hacer con ese dinero? A burlarse de mí y reírse de mí”.
Así la trasladan a un destacamento en Higüey, con fines de iniciar el proceso legal en su contra, el acusador, irónicamente en ese caso, como lo describe la sentencia de medida de coerción, es: el Estado Dominicano.
El Estado que debía garantizar los derechos de esta y cualquier otra persona, no pudo ni siquiera permitirle que ella se comunicara con sus familiares para informarles el giro que había dado su ruta a Bruselas.
Su abogado, José A. Ramírez, precisó las violaciones que cometieron con Julia. “La primera violación fue. La lectura de su derechos. Al detenerla. Tiene derecho a una llamada. Fue negada. Tiene derecho a un abogado.
No se lo puedo negar. Porque una persona dejó el teléfono encima del escritorio y salió a tomar agua. Y ella aprovechó y me llamó”, dijo.
Benoit continuó narrando: “Comenzaron a burlarse de mí, a decirme, señora, que usted iba a ser con tanta droga. ¿Qué iba a hacer con ese dinero? A burlarse de mí y reírse de mí”.
Se trató de reducir la permanencia de Julia en el destacamento, sobre todo por su condición de salud, pero le fue imposible, en parte también por la actitud del fiscal.
Pese a que el doctor Ramírez no tenía aún todos los detalles del caso, ya se presentaba a la primera audiencia.
“Ya le están diciendo mediante esta acta de arresto Infraganti, que le ocuparon 58 kilos de cocaína en dos maletas, que ella pretendía viajar a Bruselas. Oye, esto ni discriminación es un daño moral. Iniciando el proceso le ocuparon y están solicitando un año”, dijo José Ramírez.
Se aplaza el juicio y todavía no aparece el video, evidencia de la inocencia de su defendida, mientras el abogado hacía las gestiones de lugar, Julia Benoit, una mujer de más de seis décadas, y por demás enferma que necesitaba constante medicación, alimentación adecuada, vivió un verdadero calvario, durante 10 días retenida.
Y así narra sobre estos días de celda. “En la celda habíamos. 15. Una noche. 15. Otra noche menos y otra noche más. Sentada porque no podíamos ni estirar los pies”.
Para hacer sus necesidades, dijo lo siguiente: “se ponían un par de cubetas dentro y cuando eso se acababa, ya no podía soportar esperar que abran. Para uno echarle agua y salir y bañarse y mojarse porque no había luz, no había un abanico, no había nada y las presas tenían que ayudarme a pararme porque yo no me podía parar sola del calambre. Tirada ahí la noche entera. Mucho maltrato, mucho abuso”.
La agonía de estos momentos, sin saber cual seria su destino y con la urgencia de que debía tratar su enfermedad, Julia esperaba desesperadamente la próxima audiencia. Mientras su abogado logra obtener por fin, la copia del video.
“Obviamente la Fiscalía fue que la mantuvo en prisión. Porque sabiendo aún que ella no tiene que ver nada con eso, porque el video se ve claro donde imprimen un tag, dos con el con con el usuario abierto del jovencito. Se lo llevan en un bolsillo, en lo que él le pone los lotes a la maleta de doña Julia a los bultos. Esa persona sale del aeropuerto y se monta en un carro rojo afuera. Dura un promedio de tres minutos hablando con alguien. Luego viene de nuevo para adentro. Y ese ticket se fue por otro lado. A llevárselo al que le tocaba ponérselo en la maleta. Cuando esté en la barriga del avión. Y ahí se ve todo. Entonces, si estamos en una justicia sana, justa, debemos. Echar a la luz pública esa parte”, contó el abogado.
En un extraño comportamiento por parte de la fiscalía de Higüey en todo el proceso, cuando sale a relucir el video, el caso toma otro matiz.
“Observamos el video, pudimos agilizar, gestionar. Que ellos se reúnan para provocar una reunión entre ellos. Cuando ellos se reúnen, la cúpula mayor de Ministerio Público de la Altagracia, ellos mismo cambian la solicitud de medida de coerción”, indicó José.
Repentinamente, ahora solicitan variación, no un año de prisión sino: garantía económica, impedimento de salida y vigilancia de un garante. Y presentación periódica en el Ministerio Público, por espacio de seis meses.
“Tengo un impedimento como si normalmente. Estoy acusada. O sea, ¿de qué? ¿De qué ha valido? Ni he podido salir para hacerme mi operación. Tuve que volver a mi médico aquí, el cual por esta situación ha empeorado más”, indicó.
El abogado sostiene que el fiscal de la Altagracia debe retirar esa acusación con valentía, porque el pueblo, el mundo entero, está esperando su decisión.
Una equivocación surge una pregunta: cuántas Julia Benoit han viajado desde este u otros aeropuertos del país, hacia las cárceles bajo esa misma modalidad de incriminación en una red de tráfico de drogas, donde los más vulnerables, los afectados, las víctimas, son quienes pagan las consecuencias, de perder su libertad, su dignidad e incluso como ella, la oportunidad de seguir viviendo frente a una delicada situación de enfermedad.
En el caso hay cuatro implicados más, empleados del Aeropuerto Internacional de Punta Cana. Historias que se repetían y se oían, y ahora se comprueban: tu maleta, en un aeropuerto, a merced de una red, puede que se convierta en la trampa de tu vida.
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