Luego de propinar la paliza que le costó la vida al barbero Richard Rafael Báez, de Santiago, los agentes policiales responsables del hecho, llevaron al joven casi moribundo al hospital de Cienfuegos y ni siquiera atendieron a buscar los medicamentos indicados por el personal médico para curar las heridas producidas a la víctima.
Estas argumentaciones fueron formuladas por el Ministerio Público y sobre las cuales, la Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente de Santiago, impuso tres meses de prisión preventiva al capitán Manolo Aquino, quien fungía como encargado de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim) en Cienfuegos, y el segundo teniente Vladimir Joel Jerez Suárez. Al primer teniente Manuel de Jesús de la Cruz se le impuso el pago de una garantía económica de RD$500,000 e impedimento de salida del país.
El Ministerio Público reveló que los imputados llegaron incluso a trasladar a la víctima al Hospital de Cienfuegos, en donde una médica lo atendió pasadas las 6:00 de la mañana, el 24 de marzo.
La doctora que lo evaluó verificó que Báez presentaba laceraciones en el área temporal derecha y en ambos codos, por lo que refería dolor. “Por esa razón, entregó al teniente Jerez Suárez una indicación para aplicar al paciente una antitetánica, una crema y analgésicos, así como una radiografía AP y lateral de cráneo, indicación que el imputado ocultó”, informó.
De acuerdo al Ministerio Público, los agentes evadieron todo el protocolo de actuación, haciendo uso abusivo y desmedido de la fuerza.
Los agentes están acusados de matar a Báez luego de que le provocaran golpes contusos en distintas partes de su cuerpo, mientras estaba bajo su custodia en calidad de detenido.
Ante el tribunal, los fiscales Patricio Rodríguez y Melania Bautista expusieron que el Ministerio Público posee suficientes elementos para probar la responsabilidad penal de los agentes imputados de asociación de malhechores, homicidio y robo.
En la solicitud de la medida de coerción el órgano acusador indica que los agentes policiales formaban parte de una patrulla motorizada que efectuaba un operativo preventivo en la comunidad El Semillero, del referido distrito municipal, en donde detuvieron a Báez.
La víctima denunciaba que los agentes le habían sustraído la suma de 30,000 pesos y mientras exigía su devolución recibía más golpes.
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